
Una vieja fotografía con la imagen de una niña y su padre, una muñeca de vestido verde y ojos saltones, unos zapatos de bebé blancos como la inocencia de su dueña y un papel rasgado con el texto “te amo papá, mucho mucho” es la representación del vil despojo y la ausencia.
Erika Diettes, encapsula elementos que representan los desaparecidos y sus familias, para así, preservar la memoria y evocar los recuerdos de sus seres queridos en objetos cotidianos que han dejado huella en cada uno de ellos. Las masacres en Antioquia fueron crueles eventos que vulneraron la identidad personal a la fuerza, y en contraposición, generaron la necesidad de guardar estos elementos “que no nos hacen quienes somos, pero que nos identifican ante nuestras familias”(1). Una galería de cosas amadas y recuerdos “ofrece un espacio para hacer conexiones más allá de la violencia”(2) y nos adentra en la vivencia de las memorias privadas que sirven como testimonio de quienes desaparecieron y quienes siguen presentes.
(...) Sin embargo, en algunos casos realizaron masacres y operaciones masivas, acompañadas de una desproporcionada exhibición de fuerza, que incluían el allanamiento y registro de viviendas, la retención de personas y el despojo de bienes. La idea tras esos métodos era generar terror entre la población, como una técnica de control social. Así se aseguraba el dominio y sometimiento de los habitantes (... )
Referencias
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Antropólogo forense UBPD, comunicación personal 21 de septiembre de 2020.
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Marquéz, E.( 2016). Colombia's Gallery of Memory: Reexamining Democracy through Human Rights Lenses. Latin American Perspectives, 43 (5), 78-98. p.83