El mandala es un círculo, o “la esfera de la esencia”. Se cree que en ellas se puede ver el cosmos y reconstruir geométricamente la naturaleza, las células y la formación básica de la vida. Durante el trabajo de campo del proyecto Memorias de Ausencias, crecieron mandalas con flores, con instrumentos de música, con fotografías, con piedras, papeles de colores, semillas, frutos; e incluso, en la disposición circular de las víctimas para hablar y conmemorar a sus ausentes. Son relajantes, calman la mente y apaciguan la angustia desde las civilizaciones más antiguas. Son traídas continuamente a todos los actos simbólicos de la Desaparición Forzada. Abrir mandalas es apropiarse del espacio para crear uno nuevo donde es posible procesar los sentimientos. Los procesos psicológicos y psiquiátricos son ordenados por las sentencias judiciales como parte de la reparación integral de las víctimas, aún así cada día, cada conmemoración, cada acto simbólico por los desaparecidos requiere de un proceso psicológico ¿Si hacen falta 17 años en silencio por cada víctima del conflicto armado*, cuántas o de qué tamaño deben ser las mandalas para conmemorar a los desaparecidos?
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Referencias
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Roux, F. (2022). Entrega de Informe Final de la Comisión de la Verdad. frase disponible en https://web.comisiondelaverdad.co/panas-de-la-verdad/kit-informativo